—Pues adelante,
y apretemos el paso, que este camino,
a mas de largo, no tiene
nada de ameno—dijo Rey.
Al pasar junto a las
Delicias, vieron, a poca distancia del
camino, a los guardias
que minutos antes habian ejecutado
[20] la extrana sentencia que el lector sabe.
Mucha pena causo
al zagalillo que no
le permitieran ir a contemplar de cerca
los palpitantes cadaveres
de los ladrones, que en horroroso
grupo se distinguian
a lo lejos, y siguieron todos adelante.
Pero no habian andado
veinte pasos, cuando sintieron el
[25] galopar de un caballo que tras ellos venia con
tanta rapidez,
que por momentos les
alcanzaba. Volviose nuestro viajero
y vio un hombre, mejor
dicho, un Centauro, pues no podia
concebirse mas perfecta
armonia entre caballo y ginete, el
cual era de complexion
recia y sanguinea, ojos grandes,
[30] ardientes, cabeza ruda, negros bigotes, mediana
edad y el
aspecto en general brusco
y provocativo, con indicios de
fuerza en toda su persona.
Montaba un soberbio caballo
de pecho carnoso, semejante
a los del Partenon, enjaezado
segun el modo pintoresco
del pais, y sobre la grupa llevaba
una gran balija de cuero,
en cuya tapa se veia en letras 12
gordas la palabra Correo.
—Hola, buenos
dias, Sr. Caballuco—dijo Licurgo, saludando
al ginete, cuando estuvo
cerca.—iComo le hemos
[5] tomado la delantera! pero usted llegara antes
si se pone
a ello.
—Descansemos
un poco—repuso el senor Caballuco,
poniendo su cabalgadura
al paso de la de nuestros viajeros,
y observando atentamente
al mas principal de los tres.—
[10] Puesto que hay tan buena compana....
—El senor—dijo
Licurgo sonriendo,—es el sobrino de
dona Perfecta.
—iAh!...
por muchos anos... muy senor mio y
mi dueno....
[15] Ambos personajes se saludaron, siendo de notar
que
Caballuco hizo sus urbanidades
con una expresion de altaneria
y superioridad que revelaba
cuando menos la conciencia
de un gran valer o de
una alta posicion en la comarca.
Cuando el orgulloso
ginete se aparto y por breve momento
[20] se detuvo hablando con dos Guardias civiles que
llegaron
al camino, el viajero
pregunto a su guia:
—?Quien es este pajaro?
—?Quien ha de ser? Caballuco.
—?Y quien es Caballuco?
[25] —iToma!... ?pero no le ha oido usted
nombrar?—
dijo el labriego, asombrado
de la ignorancia supina del
sobrino de dona Perfecta.—Es
un hombre muy valiente,
gran ginete, y el primer
caballista de todas estas tierras a la
redonda. En Orbajosa
le queremos mucho; pues el es...
[30] dicho sea en verdad... tan bueno como la bendicion
de
Dios... Ahi donde
le ve, es un cacique tremendo, y el
Gobernador de la provincia
se le quita el sombrero.